Con dos galletas hechas de merengue de almendras, crujientes por fuera y unidas por una crema suave y exquisita, los macarons suben al tope de mi lista de "delícias para disfrutar". Además de sabrosos, sus colores forman una paleta de las más seductoras.
Su origen es italiano pero fue en Francia, con Pierre Desfontaines, de la celebre pastelería Ladurée, que los macarons se tornaron la "delicatessen" de hoy.
Pero, si no podemos ir a París (que penita!!!), lo mejor a hacer es ir hasta una de las tiendas de Enric Rosich, en Barcelona, y probar sus deliciosas propuestas.
Además, son perfectos para regalar a los invitados en cajitas individuales!
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